La tecnología ha transformado para siempre la continuidad de la atención médica y ha introducido maneras nuevas y revolucionarias de garantizar la seguridad de los pacientes y consumidores. La tecnología también ha permitido que las organizaciones alcancen un mayor nivel de conocimiento, calidad y eficiencias al poder reducir costos operativos y generar información de maneras significativas. La TI se ha convertido en la base estratégica de las operaciones de farmacovigilancia a nivel mundial, alterando el proceso de seguridad farmacológica desde la base.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las organizaciones es cómo integrar eficazmente la ciencia detrás de todos los aspectos del ciclo de vida del producto con la pericia tecnológica de la tecnología de la información. Las compañías que reconocen la importancia de una estrategia integrada que toman en cuenta estos dos elementos, junto con el panorama reglamentario global cambiante, tendrán un mayor éxito en la gestión del ciclo de vida de sus productos.